jueves, 26 de febrero de 2009

Sobre la dignidad


“Todas la voces todas, todas las manos todas, toda la sangre puede ser canción en el viento”

Mercedes sosa

Muy a menudo y más como hábito, se escucha la expresión de que todos los seres humanos somos iguales, los comentarios son entonces muy similares, por ejemplo se escucha la frase: me hago respetar a como de lugar, y no me dejo pisotear como muchos lo hacen. ¿Pero el solo acto de hacerme respetar no me esta marcando como un individuo diferente? con la necesidad de hacerme ver igual como todos, de hacerme valorar.

Si es así entonces tengo derecho a ocupar mí espacio en la construcción de una sociedad y la cultura, tengo derecho a mi libertad de pensamiento, de ser de otra forma, las revoluciones liberales no tendrían sentido porque helas me proporcionaron igualdad.

¿Pero a qué igualdad me refiero? A la de actuar concientemente bajo el molde de un sistema que me quiere convertir en un determinado hombre con un juicio que podría no corresponder a mi naturaleza y hablo de naturaleza cuando mi derecho a la decisión, me convierte inmediatamente en un ser humano pues mi juicio es lo que me caracteriza y me diferencia de las demás especies, ese juicio puede favorecer mi vida, conservar la vida, mi especie e incluso seleccionar la especie.

Entonces podemos hablar de la igualdad política y de la diferencia existencial, a los derechos como individuo social y a mi concepto de existencia.

Todos somos iguales ante la ley y ante los demás y somos diferentes en tanto somos nosotros

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